Ser es sencillo
no tengo que hacer nada
basta confiar
No estamos separados unos
de otros; la separación y el aislamiento son una creación de
nuestras mentes y tienen su fundamento en ideas equivocadas. No es
cierto que estemos separados, todos formamos parte de una misma cosa
y compartimos un mismo ser y una conciencia únicas. Ese ser y esa
conciencia única es la fuente del amor y de todo lo bueno, por eso
el amor y la bondad nos hacen felices, mientras que sus opuestos nos
roban la felicidad. Lo extraordinario es que no tenemos que hacer
nada para alcanzar esto, nos basta con ser lo que somos, pero hemos
ocultado nuestro verdadero ser detrás de la falsa idea de que somos
independientes y capaces de algo por nosotros mismos, de tal forma
que en lugar de no hacer nada, lo que hacemos es impedir con falsas
ideas que nuestro verdadero ser se manifieste. Cuando nos dejamos ser
confiando en el ser que somos y desechando la falsa idea de la
separación y la independencia dejamos de ver al mundo a un lado y a
nosotros a otro, entonces empezamos a sentirnos parte de un todo que
nos hace plenos y los sentimientos de soledad, de vulnerabilidad, de
pobreza y necesidad desaparecen para dar paso a un sentimiento de
unión que nos completa y nos llena de amor hacia todo. No hay
ninguna persona que no merezca ser amada, todos somos lo mismo, seres
plenos capaces de dar y recibir amor. El amor no posee, da. Puedo
amar a todos los que se cruzan conmigo sin necesidad de pararlos y
tratar de convencerlos de que se dejen amar por mí. El amor no
espera recibir nada, solo se da; y es así porque su ser es darse. El
amor que busca posesión no es amor, tan solo es afirmación de mí
como alguien que ha olvidado su verdadero ser y se ha refugiado tras
los muros que su incomprensión han levantado. Cuando puedo amar sin
esperar nada es signo de que he rechazado las falsas ideas y me he
abierto a la verdad del ser que soy. Si puedo conseguir esto no es
porque yo sea especial sino todo lo contrario es porque he recuperado
mi verdadero ser, el que comparto con todas mis hermanas y hermanos
en la vida. No es difícil alcanzar esto, lo difícil es ocultarlo,
y eso es lo que hemos venido haciendo hasta ahora con grandes
esfuerzos y sufrimientos, los que conlleva creer y vivir conforme a
ideas falsas.
El verdadero amor acoge todo lo que llega y deja marchar lo que se va cuando llega la
hora sin tratar de retenerlo. No desea la separación, pero tampoco
se resiste a ella cuando llega el momento. Son solo los cuerpos los
que se separan; en lo que es real no hay lugar para la separación.
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