miércoles, 7 de diciembre de 2016

Entre los árboles

Entre los árboles
uno más meditando
uno con ellos

Ciprés, hermano
señalas el camino
con tu silencio

No juzga el árbol
tampoco teme el juicio
tan sólo es


El que medita sentado es como un árbol que unido a la tierra por la raíz apunta al cielo con la cabeza. Quieto y callado se convierte en un puente que une el Cielo y la Tierra; de esta manera actúa sin acción y su labor callada, como la del árbol, se extiende mucho más allá del lugar donde se encuentra. Sentado sin pensamientos no juzga ni teme el juicio. Al no juzgar, como el árbol, tampoco condena y por lo tanto perdona; al no temer el juicio no se condena y por tanto es perdonado. De esta forma realiza el ser que es fuera del tiempo, en la eternidad.